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Un calendario lunar es la forma de calcular los años no según los ciclos del Sol (calendario solar, como el calendario occidental), sino según los de la Luna. En el calendario lunar, cada lunación corresponde a un «mes lunar»; es decir, a cada período comprendido entre dos momentos en que la luna se halla exactamente en la misma fase (sea esta creciente o menguante) se le llama «mes lunar». Cada mes lunar corresponde a 29,53 días solares.
Las fases lunares se producen por la interacción entre los movimientos del sol, la luna y la tierra. En un año la luna realiza trece recorridos en torno a la tierra. La luna hace un giro alrededor de la tierra en 28 días aproximadamente, pero como la tierra avanza en su recorrido solar, a los 28 días hay que sumar un día y medio aproximadamente para que se repita la misma fase entre sol' tierra y luna.
Normalmente, conocemos cuatro tipos de fase lunar, que son la Luna Nueva, Cuarto Creciente, Luna Llena y Cuarto Menguante. A lo largo de los 29,5 días que dura el ciclo lunar, la Luna pasa por infinitas fases intermedias a las cuales la tradición no ha sabido poner nombre. Este es el motivo de que los astrónomos se refieran a las fases lunares en porcentaje de iluminación. De ese modo, la luna nueva es 0%, la llena es 100%, y tanto creciente como menguante son 50%.
El «mes lunar» siempre fue utilizado por los seres humanos para calcular ciertas regularidades en la Naturaleza, como el ciclo sexual de las mujeres o las mareas. El comienzo del mes lunar es un punto arbitrario que varía según la cultura; así, por ejemplo, el calendario chino y el calendario egipcio consideran a la luna nueva (es decir, al primer día en que la luna no se ve en el cielo) como el comienzo del mes, mientras que otros calendarios lunares y lunisolares toman como primer día del mes a la primera luna creciente.
La mayoría de las culturas tuvieron y tienen un calendario lunisolar; es decir, calendarios que no solo tienen en cuenta los ciclos de la luna, sino también los del sol, que determinan las estaciones. Como suele haber doce meses lunares por cada año solar, a la repetición de doce lunas se la llamó año lunar. Ahora bien, como los años lunares no coinciden con los años solares, cada tanto hay un año solar con trece lunas; los calendarios lunisolares, a pesar de guiarse según los meses de la luna, añaden cuando corresponde un mes al año, que se intercala, para que el comienzo del nuevo año solar tenga doce lunas. Los calendarios chino, hindú y judío son lunisolares. En la cultura occidental cristiana, si bien el calendario es solar para la mayoría de los efectos prácticos, ciertas fechas (como la Pascua y la Navidad) se fijan según un calendario lunisolar.
Los calendarios estrictamente lunares son los que consideran un año por cada doce meses lunares, como el calendario incaico o el musulmán.
Entre 2013 y 2015 se descubrió un calendario lunar en el castillo de Crathes (Escocia), que data del año 8000 a. C.[1][2]